Alameda
Un constante juego de luz y sombra, un espacio acogedor, calmado, casi teatral, donde los distintos actores van tomando la escena bajo la luz.
Aquí, el producto, de gran valor, reluce como las joyas debajo de la luz en el centro de la mesa, envuelto en un suave aro de sombra que le confiere todo el protagonismo.
Cuando el cliente entra en escena se encuentra delante de un espejo que irradia luz por su perímetro, reflejándose en la superficie cóncava de la pared, anulando cualquier tipo de sombra arrojada en su cara o en su cuerpo, convirtiéndolo en el protagonista.
Y las tres lentes, que bailan bajo la luz arrojando sus sombras, se convierten en la metáfora del concepto de este espacio, donde la sombra va perfilando la luz y enmarca a los protagonistas.