Habitaciones piloto
El hotel Bécquer, que representa uno de los más importantes de la ciudad por su ubicación y su amplia oferta con 134 habitaciones y distintos servicios, con el objetivo de renovar su imagen y mejorar su competitividad en el mercado hotelero, busca un diseño sobrio y atemporal. Unos espacios de carácter calmado y con pocos contrastes, únicamente focalizados a ofrecer la mejor experiencia de descanso para los clientes.
El uso marcado de líneas horizontales pretende alterar el juego de proporciones del espacio interior de las habitaciones, confiriendo a las mismas una sensación de mayor amplitud. Líneas horizontales que buscan su continuidad alrededor de todo el habitáculo, que devuelven también una sensación de calma y tranquilidad y hacen que el espacio sea fácil de comprender. El uso ponderado de grandes espejos dilatan la percepción espacial. Las grandes superficies acolchadas mejoran sensiblemente la acústica y añaden cierta sensación de lujo sobrio que busca su calidad en el diseño y en los materiales.
Se han desarrollado inicialmente tres distintos conceptos de diseño, donde las diferencias de materiales y colores pretenden remarcar las tres categorías principales de habitaciones presentes en el hotel.
Tonalidades claras y homogéneas que oscilan entre el blanco y el greige que, con sutiles cambios de texturas, confieren una atmósfera luminosa y poco pretenciosa a estas habitaciones. Los cabeceros acolchados mejoran el bienestar acústico y aumentan el nivel de confort del espacio. Una habitación luminosa y calmada donde las líneas puras, que abrazan y acotan el espacio, le confieren paz y claridad.
La tonalidad profunda del azul marino, que abraza la franja superior del espacio en un acabado ultra mate que absorbe luz y sombras, desmaterializa el techo, alterando la percepción espacial. Una atmósfera de noche misteriosa para conciliar los sueños de los huéspedes.
La yuxtaposición entre el roble oscuro y el blanco yeso de las paredes confieren a este espacio un cromatismo que recuerda a las blancas casas coloniales con sus muebles de caoba. Una atmósfera sutilmente exótica, reinterpretada y depurada con la linealidad de un lenguaje minimalista contemporáneo. Un clásico renovado que pretende conferir cierta atemporalidad al diseño de este espacio.